Galeria de Espejos

25 de marzo de 2008

Entre el cielo y el infierno...

Podría decir que el inicio fluyo de una forma muy natural y bonita, con mucho que contar y un tiempo que volaba, con caritas tiernas y chocolates, con mensajes y fotos.... Pero también desde ahí habían señales, dos muestras claras de en que me estaba metiendo, -Si bueno, todo el mundo se equivoca y merece una segunda oportunidad.
La pregunta del millón de dólares...
Si bien, soy una persona dispuesta a luchar contra el mundo y creo que los problemas te hacen más fuerte y te enseñan a dar valor a lo que te ha costado... pero hay un limite, el problema es que nunca lo encontré o lo puse.
Y no veo sólo lo malo, al contrario, a veces lo dejo pasar porque creo que las cosas buenas valen más... mucha ternura, mucha atención, que me encantan los chocolates, que si quieres esto y aquello, -¿cómo te sientes?, -yo te cocino, -que quieres para desayunar/ almorzar/ cenar?, -¿qué quieres de regalo de cumpleaños? Y de navidad?, -¿la estas pasando bien?, me abría las latas y me prendía los cigarros, -podes contar conmigo, hacer nido, -hace una lista de la música que te gusta, un disco con música que nos guste a los dos, -¿cómo esta tu mamá?, llamar porque dije que se me había bajado la presión, un masaje, helado, -te compré algo aunque estábamos enojados, -enséñeme a bailar, Casimiro G., -mi tía me dijo que estaba muy contenta de que estuviera con vos, -This is your personal wake up call!, una cajita feliz porque soy una chiquita, -te estas tomando todos los medicamentos a cabalidad?, -te sentí dormir, -el próximo mes vale por dos... Simplemente era el cielo!
Sin embargo, el cielo no era eterno, casi ni siquiera era constante, creo que el promedio de peleas era una cada quince días y quizá aún menos. Una cosa estúpida era la tercera guerra mundial..., la cuarta, la quinta….
Así, el infierno era entonces el lugar en que se convertía todo, nunca fue suficiente. Cada vez era peor, las palabras eran más hirientes, la ironía mayor, los gritos llegaron demasiado pronto, las explicaciones no eran suficientes, las lágrimas no importaron; a veces dolía demasiado, otras no tanto, en algunas ya ni dolía... habían cosas que podía hacer para evitar, no usar el celular, no hablar con alguien durante mucho tiempo, “voy al baño”, “voy a la cocina un rato”, todo va estar bien, todo está bien.
En algún momento siento me empecé a transformar y decidí pagar de la misma forma, y así empecé a gritar, y a colgar teléfonos y a herir, y a ser sarcástica y muy cínica, y a plantarme, pero de verdad!, de verdad ya no tenía fuerzas, ya no podía más, ya no quería colitis, ya ni me ponía roja ni se me bajaba la presión cuando me enojaba muchísimo. Y al mínimo toque: estallaba!!!
Y al final, terminó en el peor de los infiernos que hubiéramos creado nunca!!! Menos de tres horas antes había vuelto al cielo pero, como las otras veces, eso cada vez duraba menos...